Agencia Peruana de Noticias PRENSAPERU.PE https://prensaperu.pe Twitter: @prensaperupe Aunque hay momentos de calor intenso, dicen que el amor se cocina a fuego lento, y Jesús y Petronila demuestran que también se teje con paciencia. En cada frase, en cada mirada, en cada gesto, en cada acción. En los silencios o en la bulla más eufórica. En los días soleados o en las noches más frías. En la alegría y en la tristeza. Pero, sobre todo, en la rutina, que aterra a muchos y que en una casita de adobe de la sierra peruana, como la de ellos, en medio de la naturaleza, en el distrito de San Jerónimo, en la provincia y región Cusco, puede convertirse en una larga y bella historia.
Jesús Medina Guzmán y Petronila Quispe Champi, usuarios del Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), ahora expertos tejedores de lana de oveja, se conocieron hace 40 años en Quillabamba. Eran viudos y decidieron dar una nueva oportunidad a sus vidas. Un hijo no es lo más importante que tienen en común; el arte del tejido también se transformó en el siglo XXI en un ingrediente importante de su sólida relación.
Aunque Petronila, de 83 años, ya no puede tejer chalinas, chompas, guantes, gorros y chullos con la misma destreza de antes debido a afectaciones en su visión, hoy acompaña a Jesús mientras él confecciona esos productos tan solicitados por los turistas en la Ciudad Imperial luego de dos años de pandemia. Ella, ahora solamente puede hacer uno que otro movimiento con los gruesos palos de tejer, pero realiza los mejores puntos cuando, de tanto en tanto, besa en la mejilla a un concentrado Jesús, de 79 años, quien no despega los ojos de la lana mientras la entrelaza.
Primero se establecieron en la comunidad campesina de Pampahuaylla, en el distrito de Limatambo, en la provincia cusqueña de Anta. Tras desempeñarse como despachador de productos agrícolas y almacenero, Jesús se dedicó en Limatambo a sembrar y cosechar papa, maíz, cebada, trigo y habas, así como a criar vacas y ovejas. Petronila se abocó a esas labores con el mismo empeño de su marido y formaron una dupla fuerte que sobrevivió a los más crudos temporales de la vida.
“Yo me enamoré de la señora Petronila porque siempre ha sido muy bonita, pero más que todo porque siempre ha sido muy trabajadora”, señala Jesús. “Ahora ya no puedo tejer como antes lo hacía, en medio del campo. Ya no veo bien. Solo puedo hacer las labores de la casa. Cocinar. Lavar. Sin embargo, las hago con mucho amor”, indica Petronila en quechua.
TIEMPO DIFÍCIL
La pandemia de la COVID – 19 ha significado un período muy complicado para los esposos Jesús Medina y Petronila Quispe, quienes sienten que aún no se ha recuperado el ritmo económico que tenía la producción textil en San Jerónimo.
“Antes de la pandemia nos juntábamos en la Asociación Kallpachakuy, donde teníamos materiales e implementos para tejer. Integrábamos un grupo de 120 personas adultas mayores que ahí aprendíamos y perfeccionábamos las técnicas de tejido. Ya no tenemos eso, y por ello las condiciones para producir ahora son más difíciles”, dice Jesús.
Sin embargo, pese a las dificultades, la pareja no se rinde y Jesús continúa tejiendo con el respaldo y apoyo de su esposa, quien diligentemente organiza la lana y las creaciones. “No ha sido fácil estar dos años encerrados en nuestra casa, sin ver a nuestros amigos. Pero acá nos acompañamos y cuidamos”, acota Petronila.
SENCILLA FELICIDAD
Los achaques propios de la vejez y la pobreza no han podido debilitar el amor que se tienen. Petronila siempre está presta a preparar ricos potajes tradicionales del Cusco para el exigente paladar de su esposo. Para Jesús, ella es todo su mundo y es feliz siendo su principal soporte.
Su hijo Nílber los llevó a vivir a San Jerónimo hace 13 años y fue en el 2014 que ambos aprendieron las técnicas del tejido en la Asociación Kallpachakuy. Mientras Jesús teje, se concentra tanto que los recuerdos oscuros son neutralizados en su corazón, como los accidentes fatales que causaron la muerte de sus padres cuando él solo tenía 5 años en su natal Nuñoa, en la región Puno.
Con nostalgia recuerdan los tiempos en los que eran muy respetados en Pampahuaylla, donde Jesús, con solo tercero de primaria, ocupó diversos cargos en la comunidad. Hoy, en San Jerónimo, la pareja participa activamente con su producción textil en la intervención Saberes Productivos, que Pensión 65 ejecuta con el gobierno local. Jesús y Petronila tejen su amor a diario.
DATOS
PEDIDOS de los productos de Jesús Medina y Petronila Quispe, tejidos con lana de oveja, al celular 973253665.
SABERES Productivos, intervención de Pensión 65 y los gobiernos locales, cuenta en todo el país con la participación de 33 152 adultos mayores como Jesús y Petronila.
LA INTERVENCIÓN busca revalorar a los adultos mayores como portadores de conocimientos ancestrales y prácticas tradicionales.
PENSIÓN 65 tiene 38 768 personas usuarias en la región Cusco y 577 043 usuarias y usuarios en los 1874 distritos del país.
Fuente: Agencia Peruana de Noticias PRENSAPERU.PE https://prensaperu.pe Twitter: @prensaperupe
English translation
An example of love, a married couple who use Pension 65 weave their love and textile art daily in a little corner of San Jerónimo-Cusco.
Peruvian News Agency PRENSAPERU.PE https://prensaperu.pe Twitter: @prensaperupe Although there are moments of intense heat, they say that love is cooked over a slow fire, and Jesús and Petronila show that it is also woven with patience. In every sentence, in every look, in every gesture, in every action. In the silences or in the most euphoric noise. On sunny days or on cooler nights. In joy and in sadness. But, above all, in the routine, which terrifies many and that in an adobe house in the Peruvian highlands, like theirs, in the middle of nature, in the district of San Jerónimo, in the province and region of Cusco, It can become a long and beautiful story.
Jesús Medina Guzmán and Petronila Quispe Champi, users of the National Solidarity Assistance Program Pension 65, of the Ministry of Development and Social Inclusion (Midis), now expert sheep wool weavers, met 40 years ago in Quillabamba. They were widowers and decided to give their lives a new chance. A child is not the most important thing they have in common; the art of weaving has also become an important ingredient in their strong relationship in the 21st century.
Although Petronila, 83, can no longer weave scarves, sweaters, gloves, hats and chullos with the same skill as before due to vision impairment, today she accompanies Jesús while he makes these products that are so requested by tourists in the City. Imperial after two years of pandemic. Now she can only do one or another movement with the thick knitting sticks, but she makes the best points when, from time to time, she kisses a concentrated 79-year-old Jesús on the cheek, who does not take his eyes off the wool while weaving it.
They first settled in the peasant community of Pampahuaylla, in the district of Limatambo, in the Cusco province of Anta. After working as a dispatcher of agricultural products and a grocer, Jesús dedicated himself in Limatambo to planting and harvesting potatoes, corn, barley, wheat and beans, as well as raising cows and sheep. Petronila devoted herself to these tasks with the same determination as her husband and they formed a strong duo that survived the harshest storms of life.
“I fell in love with Mrs. Petronila because she has always been very pretty, but more than anything because she has always been a hard worker,” says Jesús. “Now I can no longer weave like I used to, in the middle of the field. I don’t see well anymore. I can only do housework. Cook. Wash. However, I make them with a lot of love”, says Petronila in Quechua.
HARD TIME
The COVID-19 pandemic has meant a very complicated period for the spouses Jesús Medina and Petronila Quispe, who feel that the economic rhythm that textile production had in San Jerónimo has not yet recovered.
“Before the pandemic we met at the Kallpachakuy Association, where we had materials and implements to weave. We were part of a group of 120 elderly people who learned and perfected weaving techniques there. We no longer have that, and therefore the conditions to produce are now more difficult”, says Jesús.
However, despite the difficulties, the couple does not give up and Jesús continues weaving with the backing and support of his wife, who diligently organizes the wool and the creations. “It has not been easy to be locked up in our house for two years, without seeing our friends. But here we accompany each other and take care of ourselves”, says Petronila.
SIMPLE HAPPINESS
The infirmities of old age and poverty have not been able to weaken the love they have for each other. Petronila is always ready to prepare delicious traditional dishes from Cusco for the demanding palate of her husband. For Jesus, she is his whole world and he is happy being his main support.
Their son Nílber took them to live in San Jerónimo 13 years ago and it was in 2014 that they both learned weaving techniques at the Kallpachakuy Association. While Jesus weaves, he concentrates so much that dark memories are neutralized in his heart, such as the fatal accidents that caused the death of his parents when he was only 5 years old in his native Nuñoa, in the Puno region.
With nostalgia they remember the times when they were highly respected in Pampahuaylla, where Jesús, with only third grade, held various positions in the community. Today, in San Jerónimo, the couple actively participates with their textile production in the Saberes Productivos intervention, which Pension 65 executes with the local government. Jesus and Petronila weave their love daily.
DATA
ORDERS of the products of Jesús Medina and Petronila Quispe, woven with sheep’s wool, to cell phone 973253665.
SABERES Productivos, intervention of Pension 65 and local governments, has the participation of 33,152 older adults such as Jesús and Petronila throughout the country.
THE INTERVENTION seeks to reassess older adults as bearers of ancestral knowledge and traditional practices.
PENSIÓN 65 has 38,768 users in the Cusco region and 577,043 users in the 1,874 districts of the country.
Source: Peruvian News Agency PRENSAPERU.PE https://prensaperu.pe Twitter: @prensaperupe